¿Qué vemos cuando ponemos un mineral o un fósil bajo el microscopio? Asómate a un mar de de fascinantes micro mundos geológicos como estos:
Braquiópodos, los otros bivalvos de la explosión cámbrica
Los braquiópodos son unos bivalvos tan sorprendentes como desconocidos. Hicieron su aparición en la conocida como «explosión cámbrica» y son muy útiles para la geología por ser fósiles guía que permiten datar las rocas que los contienen.
Amonites, el fósil de la divina proporción
Si hubiera que elegir un fósil como símbolo de la paleontología, muy probablemente ese privilegio le correspondería a los amonites. El singular atractivo de estos moluscos cefalópodos reside en la elegancia de su concha, cuya forma se aproxima en muchos casos a una espiral logarítmica de proporción aúrea.
Orthoceras, el predador submarino
Del Ordovícico al Triásico (hace entre 485 y 300 millones de años) los océanos se poblaron de Orthoceras, un nautiloideo emparentado con los Nautilus que se caracterizaba por presentar una concha recta y cónica. Fue muy abundante y dio lugar a grandes acumulaciones de conchas en los fondos marinos.
Glosopetras, de lenguas de piedra a dientes de tiburón
Según la tradición bíblica, las glosopetras eran «lenguas de piedra de serpientes» utilizadas como amuletos. Pero Nicolás Steno descubrió que en realidad se trataba de dientes fósiles de tiburón.
Trilobites, una extraña mirada desde el Paleozoico
El rasgo más característico de los trilobites son sus ojos, compuestos por pequeñas unidades sensoriales, los omatidios, constituidas por cristales de calcita.
Nummulites, las misteriosas lentejas de Estrabón
Las lentejas de Estrabón son Nummulites, un grupo de foraminíferos ya extintos que durante buena parte de la Era Cenozoica (hace entre 66 y 23 millones de años) poblaron los sedimentos del antiguo Mar de Tetis, depositándose en rocas sedimentarias calizas en el entorno del actual Mediterráneo.