Texto – Julio Marina y María Sopena
Una de las áreas de actuación de la Ingeniería Geológica es la dedicada a la estabilización de taludes.

Las obras de infraestructura lineal, como carreteras y ferrocarriles, en ocasiones precisan de la excavación de taludes o desmontes.
Un desmonte podría definirse como la superficie que resulta de una excavación controlada de un macizo. Se construyen con la pendiente más elevada que permite la resistencia del terreno, manteniendo unas condiciones aceptables de estabilidad y proyectándose para ser estables a largo plazo.
La estabilidad de un talud está determinada por:
- Factores geométricos: altura e inclinación.
- Factores geológicos: litología, grado de fracturación, estructura y orientación.
- Factores hidrogeológicos: niveles freáticos, presencia de agua.
- Factores geotécnicos: cohesión, ángulo de rozamiento interno, deformabilidad, etc.
Rotura e inestabilidad de taludes
La posibilidad de rotura y los mecanismos de inestabilidad de los taludes están determinados principalmente por factores geológicos y geométricos.

Medidas de actuación para la contención
Cuando existe riesgo de inestabilidad y éste puede afectar a la actividad humana, es necesario actuar sobre los desmontes con el fin de minimizar los riesgos. Para ello, se utilizan diferentes elementos de contención como bulones, mallas de triple torsión (TT), gunita o mallas reforzadas con cable.

¿SABÍAS QUE…? Un talud estable puede con el tiempo pasar a ser inestable a causa de agentes climáticos (p.ej. lluvias intensas) o acciones antrópicas (p.ej. extracción de material).