Texto – Ana Isabel Casado Gómez. Publicado originalmente el 6 de abril de 2017.
Los suelos se encuentran en la superficie emergida de la corteza terrestre y se generan gracias, entre otras causas, a la alteración de las rocas como el granito.
La alteración del granito
El granito se altera con el agua por medio de un proceso químico conocido como hidrólisis. Gracias a este proceso, algunos minerales del granito se descomponen a la vez que otros se generan.
Una de las reacciones más importantes es la hidrólisis del feldespato, que da como producto minerales arcillosos. La desaparición del feldespato produce la inestabilidad de la roca y da lugar a un material muy deleznable conocido como regolito.
Este paso de granito “sano” a regolito se conoce como arenización del granito.
Arenización del granito
La formación del suelo
El regolito va a ser el sustrato ideal sobre el que viva y se desarrolle la vegetación. El crecimiento de la vegetación, y los procesos de alteración, hacen que tanto el regolito como los granitos continúen modificándose desde la superficie hacia abajo, formando un perfil edáfico.
Un suelo está formado por capas u horizontes bien diferenciados.
Perfil edáfico y características más importantes de sus horizontes
HORIZONTE A: Es el más superficial y tiene gran cantidad de materia orgánica, por lo que es muy oscuro.
HORIZONTE B: En él se acumulan las arcillas que el agua arrastra desde el horizonte A. Son típicos los colores rojizos y pardos por la acumulación de hierro.
HORIZONTE C: Es una transición entre los productos de alteración y la roca sin alterar, por lo que se pueden ver como bolos de granito “flotando” en regolito.
HORIZONTE D: Es la última capa y se compone por roca sin alterar, también llamada “roca madre”.
¿SABÍAS QUE…? Los suelos son recursos no renovables y por lo tanto bienes escasos y preciosos. De la superficie emergida del Planeta Tierra la mitad son desiertos, montañas, tierras polares, etc. Del resto, la mayor parte no puede ser utilizada como recurso agrícola o ganadero por ser demasiado rocoso, húmedo o escarpado. Por tanto, dependemos de los suelos que se desarrollan en el 3% de la superficie restante para alimentarnos, sin olvidar que “compiten” con edificios o carreteras y son vulnerables a la contaminación.
Ejercicios de Edafología. Explicación de los conceptos de Edafología: horizontes, componentes, procesos formadores, funciones. Propone unos ejercicios autocorregibles sobre los contenidos desarrollados.
Los geólogos somos naturalistas y nuestro trabajo consiste en reconstruir la historia de la Tierra y explorar los recursos que nos ofrece. Para ello estudiamos tanto el registro geológico como las huellas que la erosión y la tectónica imprimen en el paisaje. Los geólogos somos, en definitiva, contadores de historias; relatos que tratan sobre cómo era la naturaleza en el pasado y cómo se comporta en la actualidad.
Un recurso natural es todo aquel bien material (agua, rocas, suelo) y servicio (cobijo, transporte) que proporciona la naturaleza y contribuye tanto a la supervivencia como al desarrollo de una sociedad. La naturaleza se transforma en recurso por medio de una valoración cultural o económica que realiza una comunidad. Así, por ejemplo, hoy consideramos que un paisaje puede ser un recurso natural cuando este posee valores educativos o estéticos que atraen el turismo y potencian la economía de una región.
El valor del paisaje en la antigüedad
Pero, ¿qué valor podía tener un paisaje similar en la antigüedad? Los paisajes ofrecen puntos de referencia que permiten establecer vínculos entre las comunidades humanas, el entorno natural que habitan y el cosmos.
La observación de la salida y puesta del Sol, la Luna o las estrellas más brillantes respecto a puntos de referencia en el horizonte (montañas, rocas, valles, oquedades), permitieron a las sociedades antiguas establecer calendarios con los que ajustar la explotación de los recursos naturales del entorno a los ciclos biológicos vinculados a las estaciones.
Hasta no hace mucho tiempo nuestros hábitos alimenticios estaban condicionados por la reproducción o migración de ciertos animales, la floración de plantas comestibles y la cantidad de agua disponible en ríos y manantiales. La explotación de los recursos energéticos dependían de las oscilaciones en la temperatura ambiental, la existencia de material combustible y la cantidad de horas de luz del día. El transporte terrestre, fluvial y marítimo estaba vinculado a la dirección e intensidad de los vientos, las corrientes y la temperie. Además, para viajar largas distancias era necesario aprender a orientarse según la posición de ciertas estrellas y el Sol en el horizonte.
Fue así que la posición que ocupan los astros respecto a puntos de referencia del paisaje se convirtió en un recurso natural esencial para el bienestar de los seres humanos en el pasado.
Arqueometría y arqueoastronomía
La Arqueometría es un campo interdisciplinar entre las Ciencias Naturales y las Ciencias Humanas, que tiene como objetivo desarrollar técnicas y métodos especializados para poderlos aplicar a obtener información sobre aspectos culturales, históricos o medioambientales del pasado (Maniatis 2002).
Una de estas disciplinas es la Arqueoastronomía, el campo de investigación encargado de estudiarla manera en que las sociedades de épocas pasadas se relacionaban con el cosmos, y su objetivo último es obtener datos que después serán usados para fundamentar hipótesis sobre las relaciones que las antiguas sociedades tuvieron con la bóveda celeste y con el paisaje circundante (Cerdeño et al, 2006). La recogida de estos datos requiere la participación de especialistas de diversas disciplinas: físicos, topógrafos, matemáticos, arqueólogos y geólogos, entre otros.
Arqueoastronomía en el Castro de Ulaca
En el caso del Castro de Ulaca estos estudios se han centrado en dos aspectos fundamentales:
Explorar y determinar la orientación de estructuras arquitectónicas respecto a los ortos y ocasos de astros de especial interés.
El análisis del horizonte que rodea el castro para comprobar la existencia de marcadores de algún evento astronómico.
En investigaciones similares (Mejías et al, 2015) el papel de los geólogos ha consistido en:
Aportar información sobre cómo era el horizonte del paisaje y el medio ambiente en la época en que el castro fue habitado.
Valorar el origen natural o artificial (acción antrópica) de ciertos rasgos que pueden ser de especial interés para las orientaciones (como piedras caballeras, fracturas).
Estudiar las rocas y minerales empleados en la construcción de los edificios más importantes, lo que nos dará información sobre el estado de conservación, posibles modificaciones, datación y singularidad de las edificaciones o estructuras que son motivo de estudio.
El lugar de mayor interés arqueoastronómico en Ulaca es el altar de sacrificios, por tratarse del centro social y religioso del castro (Figura 1).
Figura 1. Altar de Ulaca visto desde la piedra caballera conocida como Canto de la Mula.
El calendario que se emplea como referencia para el mundo celta, incluidos los vetones, es el encontrado en Coligny(Francia) en 1897, fechado hacia el siglo II d. C. (Cossard, 2010). Se trata de un calendario lunisolar que divide el año en dos partes:
La oscuridad, ritualizada en la festividad de Samhain, que señalaba el comienzo del año a mediados del otoño (1 de noviembre).
La luz, ritualizada en mitad de la primavera en la festividad de Beltaine (1 de mayo).
Un exhaustivo estudio realizado por Manuel Pérez Gutiérrez (2010) ha puesto de manifiesto la existencia de múltiples alineaciones de interés entre el altar y el horizonte del castro (Figura 2).
Figura 2. Orientación del altar hacia la Sierra de la Paramera.
Entre ellas caben destacar las relacionadas con los principales relieves de la Sierra de la Paramera (Figura 3 y 5) y con una piedra caballera próxima conocida como «Canto de la Mula» (Figura 4 y 5).
Figura 3. Detalle de los principales relieves de la Sierra de la Paramera. Durante el solsticio de verano, momento del año con mayor número de horas de luz, la Luna alcanza su mínima altura sobre el horizonte (apenas 5º) a su paso sobre el Risco del Sol.Figura 4. Piedra caballera conocida como Canto de la Mula vista desde el altar. El Sol se pone tras ella hacia el 10 de mayo (festividad celta de Beltaine), y la Luna hace lo mismo coincidiendo con el solsticio de invierno, el día del año con menos horas de luz.Figura 5. Principales alineaciones entre el altar de Ulaca y el paisaje circundante
En ambos casos se han hallado evidencias de alineaciones vinculadas tanto al seguimiento de las principales festividades celtas como a la observación de los solsticios de invierno y verano por parte de los habitantes de Ulaca hace más de 2.000 años.
Una de las áreas de actuación de la Ingeniería Geológica es la dedicada a la estabilización de taludes.
Talud de carretera
Las obras de infraestructura lineal, como carreteras y ferrocarriles, en ocasiones precisan de la excavación de taludes o desmontes.
Un desmonte podría definirse como la superficie que resulta de una excavación controlada de un macizo. Se construyen con la pendiente más elevada que permite la resistencia del terreno, manteniendo unas condiciones aceptables de estabilidad y proyectándose para ser estables a largo plazo.
La estabilidad de un talud está determinada por:
Factores geométricos: altura e inclinación.
Factores geológicos: litología, grado de fracturación, estructura y orientación.
La posibilidad de rotura y los mecanismos de inestabilidad de los taludes están determinados principalmente por factores geológicos y geométricos.
Tipos de rotura de taludes.
Medidas de actuación para la contención
Cuando existe riesgo de inestabilidad y éste puede afectar a la actividad humana, es necesario actuar sobre los desmontes con el fin de minimizar los riesgos. Para ello, se utilizan diferentes elementos de contención como bulones, mallas de triple torsión (TT), gunita o mallas reforzadas con cable.
Elementos de contención utilizados para estabilizar taludes rocosos.
¿SABÍAS QUE…? Un talud estable puede con el tiempo pasar a ser inestable a causa de agentes climáticos (p.ej. lluvias intensas) o acciones antrópicas (p.ej. extracción de material).