Textos y fotografías de Jaime Cuevas
Las formas circulares que se encuentran con frecuencia en las zonas altas de las regiones graníticas son los pilancones y pueden ser confundidos con las marmitas de gigante, aunque son estructuras que tienen orígenes distintos.

Tal y como explicábamos en este artículo previo, las marmitas son formas de erosión asociadas a canales fluviales, con una elevada relación profundidad/anchura y fondos curvos o cónicos. Por el contrario, los pilancones suelen tener relaciones de profundidad/anchura menores y además mostrar fondos generalmente planos. De hecho, los pilancones están más cerca de parecerse a una paella (o paellera) que a un perol o marmita.
Formación inicial: irregularidades
Al contrario que en el caso de las marmitas de gigante, que hay que buscarlas en los valles, para la formación de los pilancones se necesita una superficie horizontal que esté bien expuesta a los agentes meteorológicos (los altos de los lanchares o los domos graníticos son zonas ideales), donde el agua puede quedar retenida en pequeñas irregularidades de la roca horizontal.

Profundización: meteorización química
Una vez retenida el agua, comienzan a actuar procesos de meteorización química que van haciendo más profunda y ancha la irregularidad. Esta situación genera un sistema de realimentación, ya que a mayor tamaño más agua es retenida y, por tanto, habrá mayor meteorización química.
En el caso de los granitos, esta meteorización afecta con mayor intensidad a las micas y feldespatos, creando así un residuo de granos de cuarzo que quedarán retenidos como sedimento en el fondo del pilancón.

Esta primera fase continúa hasta que se alcanza un tamaño en el que los granos de sedimento puedan moverse libremente por el fondo del pilancón incipiente, dando lugar a la aparición de los procesos de meteorización física.
Crecimiento de la estructura: meteorización física
Con ayuda de las lluvias intensas que remueven el fondo arenoso comienza un efecto de «molienda» (abrasión mecánica) que acelera el crecimiento de la estructura.
Hay que destacar también el papel de la gelifracción, ya que la congelación de la lámina de agua retenida en los pilancones produce un notable efecto de micro-roturas en las paredes que facilita la incorporación de granos de sedimento al fondo, así como el aumento del diámetro de la estructura.

Estos procesos de meteorización física justifican los fondos planos de los pilancones y el hecho de que sean generalmente más anchos que profundos, llegando a unirse unos con otros para formar geometrías muy llamativas.

Otra diferencia importante entre las marmitas de gigante y los pilancones, es que las primeras necesitan tiempos de formación muy cortos (ya que se asocian a regímenes de aguas turbulentas de mucha energía), mientras que para la formación de los pilancones los procesos son mucho más lentos y en ocasiones suelen hacer falta varios miles de años.

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