El municipio de Candeleda y la comarca del Valle del Tiétar en general tienen un clima muy diferente al del norte de la provincia de Ávila. Tanto es así que se suele hablar de «la Andalucía de Ávila» o del «microclima del Valle del Tiétar», caracterizado por inviernos suaves y muy húmedos, veranos calurosos y secos y también por precipitaciones puntuales intensas que provocan importantes avenidas torrenciales.
Tanta es la diferencia a uno y otro lado de la Sierra de Gredos que en Candeleda llueve un 250% más que en la capital, a pesar de que Ávila está situada a mayor altura y más al norte.
Mapa de precipitaciones anuales en la península Ibérica. El sur de la provincia de Ávila es mucho más húmedo que el norte. (Fuente AEMET)
El efecto Coriolis
Gran parte de la culpa de esta diferencia en las precipitaciones la tiene la rotación de la Tierra, que provoca el efecto Coriolis: como la Tierra gira alrededor del eje norte-sur, los puntos más cercanos al ecuador se mueven muy rápido (a unos 1600 km/h) mientras en los polos el movimiento es nulo. Por ello el aire que se desplaza hacia el ecuador se ve arrastrado por la rotación de la tierra, y el que se desplaza hacia los polos se adelanta a la rotación.
Así, todo lo que se mueve en el hemisferio norte se desvía hacia la derecha, mientras que en el hemisferio sur lo hace hacia la izquierda.
El aire en nuestro planeta se desplaza para equilibrar las diferencias de presión, desde las zonas de altas presiones (anticiclones) a las zonas de bajas presiones (borrascas):
El aire que se mueve hacia el centro de las borrascas se desvía a la derecha, provocando que las borrascas giren en sentido contrario a las agujas del reloj.
Mientras, el aire escapa de los anticiclones y provoca que giren en el sentido de las agujas del reloj.
Las borrascas giran en sentido antihorario mientras que los anticiclones lo hacen en sentido horario. Captura de la previsión del tiempo para el 27 de marzo 2020 de eltiempo.es
Abundantes precipitaciones
Este giro antihorario hace que los frentes de precipitación que acompañan a las borrascas desde el Atlántico impacten contra el Sistema Central, obligándoles a ascender por el desnivel de la cara sur de Gredos.
El aire se va a enfriar rápidamente al ascender por la ladera, se condensa y genera precipitaciones copiosas y a veces muy intensas en el Valle del Tiétar como sucedió en diciembre de 2019 con la borrasca Elsa.
Cuando estos frentes llegan a la ciudad de Ávila ya han descargado mucha humedad en la cara sur, dejando pocas lluvias en la capital y en la meseta en general.
Mapa de previsión meteorológica para el día 21 de marzo de 2020, con una situación típica de una borrasca entrando desde el Atlántico, provocando precipitaciones abundantes en la cara sur de Gredos. (Fuente: modelo ECMWF).
Mapa de precipitaciones asociadas a la borrasca Elsa el 19 de diciembre de 2019, en las zonas de color rojo oscuro se superaron los 200 mm en un día. (Fuente: RTVE).
Episodios de lluvias intensas
El efecto Coriolis en combinación con el fuerte desnivel en la cuenca de drenaje propician importantes avenidas de carácter torrencial en la Garganta de Santa María. Las precipitaciones intensas asociadas a frentes atlánticos, que además suelen provocar deshielos en invierno y primavera, son las que dan vida al abanico aluvial de Candeleda.
Este abanico apenas sufre cambios graduales durante la temporada normal y se activa fundamentalmente durante estos eventos de alta energía, en los que el caudal se multiplica, se transporta mucho sedimento (con clastos de hasta varias toneladas), se erosiona y se producen cambios en el canal principal.
Imagen comparativa del antes (arriba) y después (abajo) de la borrasca Elsa. Este evento en diciembre de 2019 cambió completamente el canal principal de la Garganta de Santa María, transportando todo tipo de sedimentos, incluyendo clastos de granito de varias toneladas (y algún electrodoméstico de gran tamaño). Imágenes: Javier Pérez Tarruella.
Veranos cálidos y secos
En verano las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones en la zona se deben a que domina el «anticiclón de las Azores» situado en el Atlántico.
Al contrario que las borrascas, el anticiclóngira en el sentido de las agujas del reloj, enviando aire desde el Norte. Este aire pierde la poca humedad que conserva al ascender la cara norte de Gredos y al bajar al Valle del Tiétar se calienta en proporción al enorme desnivel de la cara sur.
¿SABÍAS QUÉ?… En Nueva York llueve tanto en verano como en invierno, ya que allí el anticiclón de las Azores envía aire muy húmedo desde el trópico. Debido al efecto Coriolis, los huracanes que se forman en zonas tropicales desvían su trayectoria hacia la derecha (hacia el Norte) afectando al Caribe y llegando a la mitad este de Estados Unidos.
El municipio de Candeleda se encuentra asentado en el ápice de uno de los muchos abanicos aluviales que podemos encontrar en la vertiente sur de la Sierra de Gredos. Por la gran extensión del abanico y el escaso relieve, resulta difícil abarcar con la mirada su forma en conjunto, razón por la que apenas se conoce el importante papel que juega en el modelado del paisaje de la zona.
Figura 1. Panorámica del abanico aluvial del municipio de Candeleda, Ávila, España (el municipio al fondo). Imagen: Gabriel Castilla.
Qué es un abanico aluvial
Es un conjunto de sedimentos aluviales (o sea, materiales arrastrados por un río de montaña o torrente) que se extiende radialmente ladera abajo desde el punto en el que el curso de agua abandona la zona montañosa. En planta suele tener forma de cono o abanico, de ahí su nombre.
Se originan habitualmente cuando una corriente de agua que se encuentra confinada entre montañas se frena y suelta su carga de sedimentos bruscamente al entrar en una zona desconfinada de menor pendiente, normalmente una llanura a la salida de un valle donde se desplaza con menor velocidad.
Por tanto, el material erosionado en la zona montañosa y transportado por el canal de desagüe se sedimenta en el abanico aluvial.
Figura 2a. Esquema general de un abanico aluvial. Figura: Gabriel Castilla.Figura 2b. Localización general del abanico aluvial del río Garganta de Santa María en Candeleda. Modelo 3D: Javier Elez.Figura 2c. Modelo de distribución de alturas (modelo hipsométrico) donde podemos apreciar el relieve del abanico de Candeleda. Modelo hipsométrico: Javier Elez.
Anatomía de un abanico aluvial
Como podemos apreciar en el esquema anterior, los abanicos aluviales presentan cuatro partes bien diferenciadas. Veámoslas en detalle.
1. Zona montañosa y canal de desagüe
Por las zonas montañosas de elevada pendiente discurren arroyos y torrentes, normalmente organizados en cuencas de drenaje, que se encargan de esculpir las rocas y modelar el paisaje, formando gargantas y valles como resultado de la erosión del sustrato rocoso y el consecuente transporte de los clastos (fragmentos de rocas y minerales que componen el sedimento) que se generan (Figura 3).
Figura 3a. Garganta de Santa María en Candeleda, zona de las piscinas naturales. Observa la diferencia entre este valle encajado y el valle abierto de la Figura 4. Imagen: Gabriel Castilla.
También hay que tener en cuenta cómo después de una fuerte tormenta, o tras un repentino proceso de deshielo, la corriente de agua principal que forma el canal de desagüe del valle aumenta su capacidad de carga, llegando a desplazar clastos de tamaño muy dispar (de menos de un milímetro hasta más de un metro).
Figura 3b. Bloque de granito (flecha roja) cayendo por una de las paredes de la garganta. Imagen: Gabriel Castilla.
Si por alguna razón la pendiente del terreno disminuye, entonces la corriente del canal se frena, pierde su capacidad transportadora y se ve obligada a depositar la carga.
2. Cabecera
La parte más alta del abanico en sentido estricto es la zona de cabecera. En ella encontramos sedimentos con clastos de gran tamaño, pues tienen su origen en flujos de agua con gran capacidad de carga.
En esta zona se sitúa el ápice, que es el lugar donde se produce el cambio de pendiente y la corriente pasa de estar confinada a abrirse en una llanura. Normalmente el ápice suele encontrarse al pie de las montañas justo en el inicio de un valle (Figura 4).
Figura 4. Imagen tomada desde el Puente Viejo de Candeleda, donde vemos cómo el río ha pasado a un régimen más abierto comparado con el valle estrecho en la Figura 3. En esta zona es donde se sitúa el ápice del abanico de Candeleda. Imagen: Gabriel Castilla.
3. Cuerpo
En la parte intermedia del abanico se sitúa la zona de cuerpo. En ella predomina el transporte de materiales por un canal principal (canal de incisión) que en algunos casos puede mostrar aspecto trenzado (braided). Este canal principal es la continuación del canal de desagüe original.
Muy pronto publicaremos el contenido sobre Tipos de canales fluviales, en el que explicaremos también el «braided» o trenzado, como la Garganta de Santa María.
En esta zona la corriente ya tiene menor energía, por lo que se aprecia una selección de clastos más pequeños. Estos además están cada vez más redondeados por los continuos impactos a los que se han visto sometidos durante el transporte (como los que se aprecian en la Figura 5).
Figura 5. Panorámica del canal principal con clastos redondeados por los impactos durante el transporte. Imagen: Gabriel Castilla.
4. Pie
La parte más alejada del ápice es la zona de pie del abanico. En ella predomina la sedimentación de clastos más pequeños (arena y grava). Por ser la zona más llana y extensa, en ocasiones termina en el borde de un lago o en la llanura de inundación de un río de mayor tamaño (Figura 6).
En el caso del abanico de Candeleda, este acaba en la llanura de inundación del Tiétar donde termina de depositar el sedimento de tamaño más fino, normalmente en pequeños deltas de desembocadura.
Figura 6. Pequeño canal activo a orillas del Embalse de Rosarito. Imagen: Gabriel Castilla.
Resumiendo…
Recuerda las partes de un abanico aluvial que acabamos de ver 😉
Dinámica general
Los abanicos aluviales son sistemas muy dinámicos y cambiantes a lo largo del tiempo. Su forma es el resultado del desplazamiento lateral de los cauces principales desde el ápice.
Los canales cambian su posición dentro del abanico por múltiples razones. Por ejemplo:
Episodios de alta energía o eventos catastróficos que modifican el cauce. Como tormentas, deshielos, riadas…
Exceso de sedimentos.
Erosión de depósitos más recientes.
Estos desplazamientos de los canales tienen como consecuencia el desplazamiento de las zonas en las que se produce erosión y sedimentación.
Las crecidas del río Garganta de Santa María son frecuentes tras episodios de tormentas, lluvias persistentes o deshielo. Vídeo: Luis Blázquez.
Para saber más sobre cómo influyen el clima y los eventos meteorológicos en la formación y dinámica del abanico aluvial y cómo se activa y modifica incluso en periodos de tiempo muy cortos (por ejemplo, tras la tormenta del 20 de diciembre de 2019): El microclima del Valle del Tiétar.
El reparto de sedimentos desde el ápice de forma radial es el que finalmente genera la típica forma cónica o de abanico que les caracteriza.
En el caso del abanico de Candeleda todos estos procesos se llevan produciendo desde el Pleistoceno hasta la actualidad, es decir, desde hace unos 2,5 millones de años hasta hoy mismo.
Como podemos deducir, un abanico aluvial es la forma que van adoptando a la salida de un valle los materiales que previamente han sido arrancados de una montaña. Es, por así decirlo, la huella que deja una montaña que ha sido vaciada (Figura 7).
Figura 7. Vista general de la Sierra de Gredos desde la orilla del Embalse de Rosarito. La forma actual del relieve es el reflejo de los procesos geológicos que lo han esculpido. Imagen: Gabriel Castilla.
Echemos un último vistazo al abanico aluvial, esta vez en 3D y en movimiento(Figura 8).
Figura 8. Modelo 3D del abanico aluvial de Candeleda (en verde) con el límite de la cuenca de drenaje que alimenta el río Garganta de Santa María y transporta los clastos hasta sedimentarlos en el abanico ya en la llanura de inundación del río Tiétar. Modelo 3D: Javier Elez.