¿Qué te viene a la mente cuando piensas en las características de una roca? Seguramente algo duradero, resistente, duro… Y podría ser así a escala humana. Sin embargo, las rocas tienen cierta “fragilidad” cuando las observamos con una perspectiva de millones de años.
A escala geológica, las rocas se transforman unas en otras, física y/o químicamente, mediante unos procesos que conocemos como el ciclo de las rocas.
El ciclo de las rocas. Ilustración de Fina Muñoz.
¿Te has quedado con ganas de más? Próximamente ampliaremos este y otros contenidos del Geolodía 2022 de Ávila.
Se trata de un paisaje kárstico, es decir, el resultado de la disolución de roca caliza por acción del ácido carbónico que se forma al mezclarse el CO2 atmosférico con el agua de lluvia.
Esta roca caliza es muy blanda y tiene su origen en el conocido como Mar Interior Occidental, un mar poco profundo que hace 65 millones de años partía Norteamérica en dos, desde el Golfo de México hasta el Océano Ártico.
Esta es además una zona muy árida y fría en la que el agua de lluvia que se filtra por las diaclasas de la roca experimenta unos 200 ciclos de congelación y descongelación al año. El resultado es una intensa meteorización tanto química (disolución) como física (gelifracción), que transforma la caliza en un territorio baldío e inhóspito pero de indudable belleza.
Para saber más sobre los procesos de meteorización física y química, consulta cómo se forman los pilancones en: Pilancones Vs Marmitas de gigante.
Iván Pérez López es fotógrafo y viajero y actualmente se encuentra embarcado en un viaje alrededor del mundo en furgoneta. Síguele la pista en: iplfoto.com, Instagram y Facebook.
Autores – Alberto Fernández Mort y Davinia Díez-Canseco
Los granitos que observamos hoy en día en una parte importante del paisaje de la provincia de Ávila se formaron hace decenas de millones de años. Sin embargo, el paso del tiempo y la acción de los elementos provoca que su aspecto actual sea muy distinto al original.
En concreto, los berrocales son asociaciones de formas elementales del granito de diversos tamaños y morfologías (por ejemplo bolos o piedras caballeras) resultado de la alteración o meteorización de los cuerpos graníticos iniciales.
Descompresión debida a la erosión de las rocas suprayacentes.
O deformación tectónica.
El agua circula a través de las fracturas y altera los minerales del granito. El proceso avanza progresivamente hacia el interior de la roca, por lo general de manera concéntrica.
La erosión provoca la evacuación del granito alterado, que se disgrega con mayor facilidad, mientras permanece tan solo el granito sano o inalterado. La gravedad hace que estos últimos granitos se acumulen unos sobre otros, dando lugar a los paisajes graníticos típicos que observamos hoy en día.
Paisaje de berrocal a vista de dron. A los pies de la piedra caballera, el cerro donde se encuentra el yacimiento arqueológico del antiguo poblado visigodo en Cabeza de Navasangil, que pertenece al conjunto arqueológico de Ulaca.
Algunos ejemplos de berrocal, bolos, piedras caballeras y diaclasas que pudimos ver en el Geolodía de Ávila en Burgohondo: